HISTÓRICO

Para la docente del Departamento de Psicología de la Universidad Centroamericana, UCA, Dinorah Medrano, esta medida evidencia un problema que ha existido desde siempre en Nicaragua.

“Lo histórico es que alguien se atrevió a denunciar y, más aún, que alguien se atrevió a decir que eso no es correcto y que debe ser sancionado de alguna manera y que es un comportamiento inadecuado que afecta a una persona. Eso para mí es fundamental, más que la sentencia”, manifestó Medrano.

Además, recordó que parte de las secuelas que se generan por el acoso escolar, como la pérdida de la autoestima, pueden durar toda la vida e incluso llevar al suicidio.

“Yo no lo veo para sancionar, es para que abramos los ojos que debemos hacer algo, debemos de trabajar con los maestros y que estos comiencen a poner límites en las relaciones”, agregó la experta.

DEFICIENCIAS

Los especialistas coinciden en que la labor de corrección y educación debe iniciar en la familia, a pesar de que es en los centros de estudio donde se dan los casos de bullying. Por ello, tanto Sánchez como Medrano instaron a poner mayor atención a este tipo de situaciones.

Por su parte Silvio Gutiérrez, director de Fe y Alegría, consideró que actualmente el sistema educativo no está preparado para abordar estos problemas a pesar de que no son nuevos.

La causa de esta deficiencia, agregó, se debe a que muchas veces se asocia el bullying con indisciplina, y busca corregirse con mayores controles que pueden generar más rechazo hacia la víctima.

Gutiérrez sugiere que a través de un conjunto de normas de convivencia participativa, en lugar de un reglamento escolar, y contenidos académicos relacionados a habilidades para la vida, se apueste por crear conciencia sobre los derechos y responsabilidades de todas las partes, y así lograr relaciones de respeto.

Ver nota en contexto original | Vía El Nuevo Diario (Nicaragua)