CIUDAD VICTORIA, Tamps. (apro).- El bullying cobró una víctima más, ahora en la persona de Héctor Alejandro Méndez Ramírez. El menor de 12 años falleció a consecuencia de un traumatismo craneoencefálico, luego de seis días de sobrevivir artificialmente.
La lesión fue provocada por cuatro compañeros del primer grado, turno vespertino, de la Secundaria Número 7 “Eleazar Gómez”, en la colonia López Mateos. Los menores lo tomaron de pies y manos y lo arrojarlo contra la pared, acción conocida como “el columpio”. Al caer, el niño se golpeó la cabeza y poco tiempo después le fue declarada la muerte cerebral.
La agresión ocurrió el pasado 14 de mayo. Héctor Alejandro estaba en la clase de Español, cuando cuatro estudiantes empezaron a molestarlo. Y aunque pidió ayuda a su maestra, ella lo ignoró.
Los alumnos lo balancearon y su cabeza se golpeó en el muro de concreto. El niño fue llevado a la subdirección del plantel; luego, un prefecto lo trasladó en auto hasta su domicilio, pero en vez de avisar a sus padres, lo dejó en la banqueta, a la entrada de la vecindad donde vive la familia Méndez Ramírez.
Como pudieron, Francisco Méndez y Rebeca Ramírez, padres de Héctor Alejandro, lo llevaron al Hospital Infantil. Antes de internarlo, él alcanzó a contarle a su madre lo que sucedió, le dijo hasta los nombres de sus agresores.
El diagnóstico de los médicos fue desolador: el impacto fue tan duro que le provocó infarto cerebral y un coágulo que le ocasionó un daño irreversible.
Tras seis días de agonía, la madrugada de este martes, Francisco y Rebeca decidieron desconectar los aparatos que mantenían con vida al menor y donaron sus riñones para salvar la vida de una niña de 12 años y un hombre de 25.
Muerto el niño…
Luego de la muerte de su hijo, Francisco Méndez y Rebeca Ramírez interpusieron una denuncia ante el Ministerio Público.
La madre del menor informó que no darán marcha atrás en su exigencia de justicia. Detalló que la denuncia incluye a la subdirectora del plantel y a la maestra negligencia ante la agresión.
El padre, dijo que perder a un hijo de esa forma es una impotencia y un dolor que no le desea a nadie, ni siquiera a los jóvenes que lo agredieron.
Afuera del plantel, madres de familia se manifestaron de manera pacífica con la misma exigencia: aplicación de la ley. Llevaban cartulinas con leyendas como: “Queremos justicia”, “Justicia para Minio”, “Acabemos con el bullying”.
Diódoro Carrasco Rodríguez, secretario de Educación de Tamaulipas, informó hoy que el director de la secundaria y el maestro del grupo del joven ya fueron separados del cargo, mientras se efectúa la investigación sobre la agresión.
Advirtió que se llegará hasta las últimas consecuencias en este caso. Sin embargo, hasta el momento la dependencia a su cargo sólo investiga el caso de bullying y ni la maestra ni los cuatro alumnos han sido suspendidos o sancionados.
El funcionario agregó que la comunidad estudiantil de la entidad se encuentra “consternada, dolida e impactada” por la tragedia. “Es todo lo contrario que se espera al proceso educativo, de que esta formación a los niños los enseñe a convivir”, reconoció.
El presidente del Supremo Tribunal de Justicia de Tamaulipas, Armando Villanueva Mendoza, informó que los maestros podrían ser acusados de negligencia.
En cuanto a los agresores, dijo que serán sancionados de acuerdo a su edad: si son menores de 14 años recibirán tratamiento psicológico. De ser mayores, el juez valorará si requieren rehabilitación externa o internamiento en un centro juvenil.