Finalmente fuentes de la investigación y allegados al caso, familiares y vecinos, rompieron el secreto, mantenido con todo rigor hasta hoy, sobre la forma en que esta jovencita de 15 años, víctima de chantaje y acoso por fotos y videos íntimos publicados en Internet, se quitó la vida.
Hasta el momento, la versión más extendida apuntaba a una sobredosis de psicofármacos, los mismos que Amanda tenía prescritos como tratamiento para su depresión.
Apenas conocido el caso, autoridades de Policía y Justicia pusieron candado sobre la modalidad de suicidio empleado por Amanda “para no entorpecer la investigación”, según afirmaron, lo que terminó desatando la suspicacia entre la multitudinaria audiencia convocada por el trágico final de la pequeña Amanda, víctima fatal del “cyber bullying”.
La confirmación de que murió por colgamiento pretende poner fin a la ola de rumores contradictorios que estaban proliferando en Internet.
Buena parte de esa misma audiencia global que concitó su caso, accedió primero al material en You Tube, donde por medio de fichas manuscritas, la joven canadiense expuso su padecimiento por las fotos íntimas de Amanda Todd captadas por web cam y usadas para chantajearla.
Una parte menor llegó a tomar contacto con el video completo de Amanda Tood, de donde esas fotos fueron “capturadas”, mientras que solo quienes suscriben algunos sitios de pago en Internet accedieron a sus fotos tomadas posteriormente con cámara digital por ella misma.
Las fotos de la autopsia
Si la revelación de la modalidad de suicidio procuró subsanar un perjuicio entre la opinión pública, la filtración de fotos de la autopsia de Amanda Todd, en cambio cayó como un balde de agua helada sobre todas las partes implicadas en el manejo del caso, desde la policía a la Justicia, pasando por la entidad forense responsable directa del procedimiento.
Las fotos muestran el cuerpo completo de la infortunada Amanda, tendida destapada sobre una camilla de acero. En su cuello pueden entreverse las marcas de la presión que ocasionaron su asfixia hasta perder la vida.
La distribución de las shockeantes fotos de la autopsia de Amanda Todd causó todo tipo de reacciones, desde el asombro a la indignación, sin que faltaran desmentidos “oficiales” y amenazas de llevar a la Justicia a los autores de la filtración.
El grupo de hackers Anonymous, por su parte, sensibilizado desde el principio por la desgarradora historia de Amanda Todd y su fatídico desenlace, renovó su compromiso de identificar a los dos acosadores que la empujaron a la muerte y a quien publicó en Internet las crudas imágenes de su autopsia.