El mayor mito alrededor del bullying es creer que el agresor actúa de manera violenta como resultado de su baja autoestima, afirmó en la Facultad de Ciencias de la Conducta de la Universidad Autónoma del Estado de México, la especialista estadunidense Joyce Marlene Snyder.
Contrario a lo que se piensa, la personalidad de los menores que molestan y golpean a sus compañeros es narcisista, es decir, se creen el centro del universo, explicó la experta.
“Diversos estudios revelan que los chicos con tendencias violentas cuentan con una autoestima por arriba del promedio, lo cual les hace pensar que tienen derecho de increpar o molestar a los demás o incluso, excluirlos de determinado grupo”, subrayó la fundadora de la Asociación Internacional de Prevención del Acoso.
En este mismo sentido, la también investigadora de la Universidad de Clemson, Estados Unidos, y colaboradora del Olweus Bullying Prevention Program (OBPP) enfatizó que según estudios llevados a cabo en Estados Unidos, los agresores son populares entre sus círculos y buscan mantener su posición privilegiada mediante actos impulsivos que degradan y afectan a otros.
Por otra parte, indicó, la víctima puede ser cualquiera, dependiendo del contexto donde se encuentren. Así, “existen lugares donde la niñas más bonitas o los chicos apuestos son los agredidos, donde los niños inteligentes o aquellos con dificultades de aprendizaje son el foco de atención”, resaltó.
Lo anterior, continuó, se debe a que las mayorías en los grupos sociales se imponen y la variabilidad de contextos culturales-escolares es amplia; sin embargo, apuntó Snyder, uno de los factores que marcan el común denominador durante el proceso de bullying, es que las víctimas no cuentan con un grupo de amigos que los ayude a sobreponerse a los ataques.