La práctica de bullying, o agresión extrema contra compañeros de escuela, especialmente en los niveles de educación básica –aunque también ocurre en las preparatorias--, es un fenómeno que ha preocupado tanto a padres de familia como a las autoridades educativas, no tanto por ser nuevo, sino porque cada vez se manifiesta con mayor recurrencia.
Recientemente las ciudades de Chihuahua, Ciudad Juárez, Hidalgo del Parral y Delicias, tienen un registro de seis alumnos que han sido reubicados de plantel escolar, tras habérseles encontrado responsables de práctica de bullying, de lo cual dio cuenta El Diario el pasado 2 de noviembre.
El cambio de los alumnos, fue hecho al no poderles negar el derecho a la educación que consagra la Constitución en su artículo 3°, además de que los especialistas recomiendan no desatender ni por parte de los padres de familia ni de los educadores a estos alumnos, ya que si fueran expulsados de las escuelas, prácticamente se les estaría arrojando a las manos de la delincuencia.
Afortunadamente en esta ocasión tanto los afectados como los victimarios ya reciben atención psicológica a fin de que se desenvuelvan en un ambiente diferente, según informes de la Secretaría de Educación y Cultura del gobierno estatal.
La misma dependencia considera que existe la posibilidad de que se presenten más casos de bullying en las escuelas que no han sido denunciados; sin embargo, no han llegado al extremo como los casos ya denunciados, por lo cual hizo un exhorto a padres de familia, maestros y alumnos para que den a conocer el maltrato o acoso escolar, que pudiera traer como graves consecuencias, que pueden llegar hasta al suicidio de quien sufre las vejaciones.
Lo anterior no es ninguna exageración. Las consecuencias para la víctima pueden ser sumamente graves. Quienes se han dedicado a estudiar este fenómeno reportan que los niños o adolescentes perjudicados presentan evidente baja autoestima, actitudes pasivas, pérdida de interés por los estudios lo que puede llevar a una situación de fracaso escolar, trastornos emocionales, problemas psicosomáticos, depresión, ansiedad, pensamientos suicidas. Lamentablemente algunos de ellos, para no tener que soportar más esa situación se quitan la vida.