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CIUDAD DE MÉXICO (23/MAY/2011).- A través de su publicación semanal y en voz del arzobispo de Acapulco, Carlos Garfias Merlos, la Iglesia Católica pide combatir la violencia desde sus orígenes.
En el editorial del semanario Desde la Fe, la Iglesia Católica afirma que la violencia provocada por el crimen organizado tiene su origen inmediato desde la familia, la escuela y la sociedad. Se advierte que en nuestro país hay dos fenómenos de preocupación social como el bullying, que no es más que el reflejo de una sociedad decadente que se espanta de lo que ella misma ha provocado.
También se alerta sobre un segundo nivel más preocupante y nocivo en la cultura de la violencia como son las figuras públicas que se manifiestan en los medios de comunicación, resolviendo los conflictos con insultos y golpes y con calificativos que no sólo denigran a su blanco sino al que los profiere.
Sin duda, destaca la editorial, el peor ejemplo es el que se ha vivido en México ente rivales políticos: “Las campañas para las elecciones de los comicios electorales terminan siempre en descalificaciones de unos y otros”, expone.
Este mal ejemplo, indica, se extiende a los sindicatos y movimientos sociales.
Desde la Fe asegura que este no es el camino para elevar a una sociedad hacia la justicia y el respeto:
“Si los encargados de la política, que debe ser ejemplo en el ejercicio del diálogo y el respeto resuelven sus diferencias a fuerza de agresiones verbales e insultos vergonzosos, ¿qué tiene de extraño que los niños en las escuelas hagan lo mismo con sus compañeros, si vivimos en la casa, en el colegio, en la calle y en la política una bien cobijada y asestada cultura de la violencia?”.

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La iglesia y el bullying

Ciudad de México. A través de su publicación semanal y en voz del arzobispo de Acapulco, Carlos Garfias Merlos, la Iglesia Católica pide combatir la violencia desde sus orígenes. 

En el editorial del semanario Desde la Fe, la Iglesia Católica afirma que la violencia provocada por el crimen organizado tiene su origen inmediato desde la familia, la escuela y la sociedad. Se advierte que en nuestro país hay dos fenómenos de preocupación social como el bullying, que no es más que el reflejo de una sociedad decadente que se espanta de lo que ella misma ha provocado. 

También se alerta sobre un segundo nivel más preocupante y nocivo en la cultura de la violencia como son las figuras públicas que se manifiestan en los medios de comunicación, resolviendo los conflictos con insultos y golpes y con calificativos que no sólo denigran a su blanco sino al que los profiere. 

Sin duda, destaca la editorial, el peor ejemplo es el que se ha vivido en México ente rivales políticos: “Las campañas para las elecciones de los comicios electorales terminan siempre en descalificaciones de unos y otros”, expone. 

Este mal ejemplo, indica, se extiende a los sindicatos y movimientos sociales. 

Desde la Fe asegura que este no es el camino para elevar a una sociedad hacia la justicia y el respeto: 

“Si los encargados de la política, que debe ser ejemplo en el ejercicio del diálogo y el respeto resuelven sus diferencias a fuerza de agresiones verbales e insultos vergonzosos, ¿qué tiene de extraño que los niños en las escuelas hagan lo mismo con sus compañeros, si vivimos en la casa, en el colegio, en la calle y en la política una bien cobijada y asestada cultura de la violencia?”.

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