El viernes 2 de febrero, un día antes de hacer su primera comunión y justo despues de regresar de la escuela, Juan Jesús "N" llegó a su casa corriendo y aterrado por alguna circunstancia que, aunque seguramente tenía otra solución, para él se redujo a una sola: Quitarse la vida. Tomó algunas agujetas y las amarró con unas cintas para colgarse como pudo. Un primo suyo llegó pasadas algunas horas, lo descubrió e intentó ayudarlo, pero su esfuerzo fue inútil. Paramedicos confirmarían momentos después, pasadas las 5 de la tarde, que el adolescente había logrado suicidarse.
Algunos conocidos, impactados por el suceso, no atinaron a explicar cómo es que una persona de tan corta edad había tomado una desición tan drástica así de rápido. Aunque los familiares y vecinos, ante los hechos, recordaron que el muchacho ya tenía problemas con algunos de sus compañeros y que varias veces incluso, tuvieron que ayudarlo a quitarselos de encima cuando, enhardecidos, lo agredían con piedras palos o botellas.
Escuchándolos, no es tan dificil concluir que, el bullying resultó después de todo, la alarmante causa por la que Juan Jesús se quitó la vida.
Las autoridades escolares se contradicen, aseguran que tienen protocolos de detección y atención al fenómeno, pero que dependen de la denuncia de los padres de familia o de las propias víctimas, incluso anunciaron con apuro el lanzamiento de una aplicación de denuncia de acoso escolar, de la cual no se dieron muchos detalles, pero que parece apresurada por el suceso, pero tardía a final de cuentas.
Personajes políticos locales aseguran que el fenómeno es una realidad en el estado de Aguascalientes, que está fuera de control y que no existen medidas integrales que lo estén atendiendo en la actualidad. En voz del líder de la bancada del Partido Verde Ecologista de México, Sergio Augusto López Ramírez, se denunció: “No destinan (Las autoridades) recursos para el combate a este problema. En Aguascalientes no hay presupuesto para este tema y mientras no haya presupuesto, por mucha voluntad que haya de nada servirá, puesto que hay que ir más allá e indagar qué pasa por la mente de los agresores”.
Mientras autoridades, docentes y padres de familia, se ponen de acuerdo sobre las causas y los culpables del desenlace en este caso, lo cierto es que el bullying se sige mostrando como un fenómeno social alarmente, que puede llegar a cobrar vidas inocentes, que destruye familias y tal vez en un futuro sociedades. Por lo tanto, mientras no exista unión entre todos los actores, y se implementen medidas importantes, a nivel local, estatal e incluso federal, tristemente muy pronto conoceremos más casos como éste, el de Juan Jesús; el primer suicidio a causa de bullying, documentado en 2018 en el estado de Aguascalientes.