Como han aprendido que los sentimientos no tienen importancia, cuando están dentro de aula lo primordial es aprender matemáticas, español e historia entre otras materias, pero realmente quien se ha puesto a enseñarles cómo expresar lo que sienten, como hacerlo de una manera más sana. Cuando damos las conferencias siempre los invitamos a denunciar, que no se queden callados, ¿Pero realmente existen espacios donde los alumnos se sientan seguros de expresar lo que están viviendo?
Imaginémonos un hogar de nuestro país, en donde ambos padres tiene que trabajar, en donde muchas veces el hermano mayor se queda a cargo de los hermanos más pequeños, o los abuelos son los que los cuidan. En donde si llegan con un problema muchas veces no tiene importancia, o es insignificante por los problemas más grandes que ocurren dentro de la familia.
Por lo antes dicho quiero invitarlos a que si ustedes son padres de familia piensen ¿Cuántas veces ha escuchado a su hijo, con todos sus sentidos?, en donde ha callado sus pensamientos y se ha puesto en los zapatos de él.
Quiero invitarlos a que busquen más momentos de conexión con sus hijos, a que 10 minutos de presencia total transformen una parte de su vida, imagínense como sería un día en donde su hijo les comparta su preocupación, su miedo, su alegría y ustedes puedan escucharlo y sentir lo que él está sintiendo. Antes de los límites quiere darles la opción de que se atrevan a dar el primer paso de la comunicación afectiva de una relación interpersonal padre e hijo; a dar el primer paso de escribir una nueva historia.
He tenido la fortuna de escuchar a muchos padres de familia decir, que sus hijos son lo más importante de su vida y que por ellos harían hasta lo imposible, quiero invitarles a que hagamos lo posible de escucharlos, de acercarnos a ellos y de entenderlos. De buscar esos espacios de seguridad donde ellos puedan expresar todo su sentir y que puedan comunicarse libremente con nosotros.
A que por un minuto dejemos la consigna interminable de “necesito que cambias para quererte”. Y aceptar su experiencia como algo único digno de honrar y de disfrutar.
Y por último, respetar las reglas en su hogar, y hacer de nuestro ejemplo el camino a seguir, que los ruegos de sus hijos no las debiliten, que sus pensamientos de “ser un mal padre” porque no les dejo el videojuego, no la deje ir a esa fiesta importante, si llegan a ti déjalos ir, ya que son esos pensamientos los que les hacen romper sus reglas, el resultado quizá será que sus hijos les dejen de hablar por unos días, pero descubrirás que el cumplir con sus reglas y limites les harán un bien.
Si quieres empezar te propongo las 5 reglas de la campaña “Ser buena onda siempre está de moda” para los papás y que comencemos a hacer cosas nuevas por el bienestar de nuestras familias Mexicanas. {jcomments on}