A lo largo de las diversas pláticas que ofrecemos en las escuelas los niños se acercan con nosotros para preguntarnos ¿cuál es el mejor consejo que les podemos ofrecer? Con base en lo que he podido observar, les comenté que pusieran mucha atención a lo que pasa alrededor de ellos, principalmente a los cambios que lleguen a notar dentro de su grupo de amigos.
Ellos muy curiosos me preguntaron ¿Por qué? A lo que les contesté:
Es muy común que cuando un niño o niña comienza a sufrir de “bullying” cambie su comportamiento, comienza a ser más callado(a), se le ve triste y no quiere ser partícipe de diversas actividades escolares o del grupo de amigos dentro de la escuela, se aísla y deja de comer a la hora del recreo. Todas estas acciones son indicadores de que un niño o niña está siendo víctima de “violencia escolar o bullying”.
Aunado a la situación por la que está pasando tiene miedo de acercarse a familiares y amigos, comúnmente por miedo a ser reprendido o regañado por no defenderse o por permitirse ser violentado por parte los demás. A todo esto, los pequeños me preguntan: ¿Y qué es lo que podemos hacer para ayudar a nuestro amigo?
Les contesté que ellos deben acercarse y demostrarle que no está solo y que la situación por la que está pasando tiene diversas soluciones, y que lo pueden ayudar demostrándole que lo respetan y lo quieren, ya que a los niños, niñas o jóvenes que sufren bullying, en todo momento se les debe demostrar confianza, y comentarles que se deben acercar y denunciar esta situación con los padres de familia, maestros y profesores e inclusive al director(a) de la escuela.
Es importante que los niños apoyen a algún amigo o amiga que se encuentre sufriendo bullying ya que así contribuyen a desarrollar aspectos de su carácter como la bondad, el compañerismo, la empatía, entre otros.
Esto mejorará la convivencia escolar y ofrecerá a los pequeños un mejor ambiente educativo y de desarrollo. {jcomments on}