En los últimos días ha coincidido que he visto una película donde narran la historia de una chica a quien bulean, asistí a una obra de teatro donde presentan una situación de bullying, vi un cortometraje sobre bullying, veo noticias donde reportan casos de bullying, y en todos muestran las posibles consecuencias hacia las víctimas, los agresores y los cómplices o espectadores. Pero ¿Qué es lo que me tiene sorprendida de todo esto? Si bien, todos estos trabajos que implican mucho esfuerzo, dedicación y recursos tienen como uno de sus objetivos el llamar la atención de la sociedad en general para mostrar lo que está pasando con los niños, niñas y jóvenes en las escuelas y pongamos manos a la obra, me han parecido demasiado violentos. Y me pregunto si en realidad son necesarias las groserías, los insultos, los gritos, los golpes… que incluso lejos de invitar a la reflexión alteran los nervios, ¿Es acaso la forma que necesitamos para darnos cuenta de la realidad que hoy se vive en las escuelas y colegios en cuanto a violencia se refiere?
En general en cualquier forma que se presente, ya sea teatro, cine, como película o cortometraje, yo he salido con la misma impresión y con las mismas imágenes de haber visto groserías, insultos, golpes, bromas de muy mal gusto, suicidios como consecuencia de lo que la víctima vive a consecuencia del bullying. Sin embargo, ninguno de estos trabajos muestra el origen, el ¿Por qué?, ¿De dónde?, ¿Cómo es que un compañero puede albergar en su interior tanta saña, maldad, odio, coraje o como le quieran llamar? ¿Qué lo motiva?, ¿Qué originó esa forma de ser? A su vez, lo mismo me pregunto en el caso de la víctima ¿Que hay en él o ella que permite ese tipo de abusos?, ¿Qué le impide decir basta?, ¿Qué vive en su casa que no existe la confianza para pedir apoyo?, ¿Qué… qué…. qué?
Me da la impresión y quizá sólo sea mía, que se logra impactar al auditorio con escenas violentas, pero se han olvidado de mostrar que eso tiene un ¿por qué?, no surgió de la nada.
Después de haber visto estos casos me quedo con una sensación de que algo hace falta y al pensarlo me doy cuenta que quizá sea la inclusión de los papás, donde ellos puedan verse en el escenario, donde puedan ver representado su papel tan importante y básico en todo esto. Donde puedan ver que la ausencia con sus hijos tiene consecuencias, que el no hablar con ellos, dejar de verlos y otras acciones que fomenten la poca o nula convivencia familiar les provoca daño, un daño que se ve reflejado en conductas que también dañan a los demás.
Pues al ver las escenas pareciera que simplemente un día amaneció y a un compañero del salón de clases se le ocurrió que quería ser malvado con otro compañero y lo consiguió. Noooooo, no es así, pues toda conducta del ser humano tiene una razón de ser. Y con esto no quiero decir que sólo los papás sean los responsables, no. También están los maestros, las autoridades educativas, y la sociedad en general.
En conclusión, las propuestas a estos trabajos encaminados a difundir el combate al bullying son muy buenas, pero hace falta cerrar el círculo, mostrar que la violencia que hoy está presente en las escuelas es multifactorial y que el agresor no agrede porque así lo decidió un día, que la víctima no es débil de carácter porque así quiere ser y que los cómplices u observadores no callan porque sí, siempre hay un por qué. {jcomments on}