En un estudio realizado en 20014 por el investigador Richard J. Davidson de la Universidad de Wisconsin-Madison y el Dr. en Genética Molecular y monje francés Matthieu Ricard, nombrado “el hombre más feliz de la tierra”, demostraron que las partes del cerebro responsables de elaborar procesos, de planear, la memoria, control de las emociones y la mejora de la atención resultaron significativamente más activas en aquellos que practican la técnica; incluso se pudo medir la diferencia en la densidad de la materia gris. Las áreas activas durante la atención plena son más densas en los practicantes experimentados que aquellos que no la practican. Entre estas áreas se encuentran: la ínsula anterior derecha, el lóbulo temporal inferior izquierdo, el hipocampo y el córtex medial-orbitofrontal. Los estudios con registros de EEG mostraron una marcada asimetría en las dos regiones frontales del cerebro; esta asimetría en las dos mitades del cerebro se correlaciona claramente con la intensidad de la felicidad.
Debido a los resultados obtenidos en el mundo, la técnica de atención plena ya es utilizada en varios sectores de la sociedad como la educación, en las empresas, en las áreas de la salud y en el deporte entre otros, con resultados muy satisfactorios.
Está comprobado que, con esta técnica, disminuyen los niveles de estrés, ansiedad y depresión; quienes la usan como parte de su día, aprenden a regular su conducta, son más tolerantes y empáticos. Fundación en Movimiento ha demostrado que a través del uso de la técnica de atención plena han disminuido los niveles de bullying en las escuelas donde se ha implementado.
La tolerancia es una actitud para vivir en sociedad, es la admiración y la armonía de lo diferente.