¿Alguna vez has bromeado con tus compañeros de trabajo y te das cuenta de que no le causa gracia? ¿Has tenido conductas o actitudes que los han alejado?
Los malentendidos o conflictos en el trabajo pueden solucionarse de forma pacífica con el diálogo, pero cuando no se da la atención puede convertirse en Mobbing o terminar en violencia laboral.
Es normal reconocer al “gracioso” del equipo o al que se le va la mano con algún comentario, pero ¿alguna vez has pensado que la persona incómoda puedes ser tú? Puede resultar fácil señalar las conductas del otro sin percatarnos de que podemos hacer sentir mal a los demás o lastimarlos, y trabajar en ello ayudará a que el ambiente de trabajo no se torne negativo o abrumador, incluso generar estrés u otro tipo de afectaciones al bienestar físico y mental.
Algunas de las conductas que generan un ambiente de trabajo hostil, pueden ser:
- Hacer bromas o poner apodos sobre alguna característica física
- No controlar lo que dices, sin importar si eso ofende a alguien
- Expresarse de forma pesimista sobre otros o su trabajo
- Pensar que tienes la razón en todo
- Buscar beneficios propios afectando a algún compañero
- Te alegras y burlas cuando a otro le va mal o lo regañan
- Te enojas, gritas o avientas cosas cuando tu trabajo no sale bien
- Minimizar los logros de tus compañeros
¿Te sentiste identificado con estas acciones?
Reflexionar que podemos tener errores y tener interés y compromiso en mejorar, es el primer paso al cambio: te genera paz y ofrece un ambiente laboral seguro.
Lo primero es reconocer qué te incomoda del otro y por qué lo tienes en mente, medita cómo eso afecta no sólo al otro sino a ti mismo, centra tu atención en lo que creas que puedes eliminar o introducir en tu comportamiento, piensa en cosas positivas que tiene tu compañero y sé generoso, empático y amable.
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